sábado, 3 de julio de 2010


Me duele todo esto mucho, sí. Tenerte ahí y no ser capaz de mirarte a los ojos por miedo a decir eso que no debo decir. Tenerte a mi lado, poder rozar tu pelo con mis dedos, y no ser capaz de hacerlo, por temor a tu reacción. Sí, temor a tu reacción, a tu rechazo.
Día a día me pregunto "por qué no verá lo que le puedo llegar a ofrecer". Día a día lucho por mantener mi posición, la de amiga. Porque sé que no voy a pasar a más, solo la amiga fiel, esa que escucha problemas, seca lágrimas, crea risas, y nada más, nunca nada más.

Quizá así sea mejor. Quizá tú jamás te enteres de todo aquello que yo puedo darte. Quizá nunca tenga la suficiente fuerza como para enfrentarme a esta situación. Tantos quizás. Realmente, me cuesta entenderme a mí misma. No me debería de costar tanto expresar lo que siento, pero contigo todo es distinto. Cuando necesito llorar, ahí estás tú con lo necesario para hacerme cambiar de sentimiento. Cuando lo que necesito es reír, nunca fallas. Son tantos los textos que puedo escribir describiendo lo que día a día siento por ti...pero dime una cosa: ¿Realmente vale la pena esperar por o para alguien, sabiendo que esa persona no hace lo mismo? ¿Realmente vale la pena estar día a día intentando apartarte de mis pensamientos? ¿Realmente vale la pena aguantar que la gente te diga "Déjalo. Si no se fija en ti es su problema" y que tú, aún sabiendo que es verdad, sigues ahí, luchando por darle todo? No se si merece la pena o no, solo sé que no puedo dejar de hacer lo que hago, de pensar lo que pienso, de sentir lo que siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario